Madison.2
El novato
La gente compadece a los locos igual que lo hace con un animal atropellado en la carretera, sin ningún gesto de socorro que nos rescate de nuestro suplicio. No comprenden la diferencia sutil que nos proscribe de una sociedad cuerda, ese plus de irracionalidad que nos revela un mundo diferente del suyo, separados de ellos por unos muros . . .
Madison.1
El hermano
Anoche me volví a escapar. Lo hago a menudo aunque siempre por motivos plenamente justificados que no admiten demora: un circo que está de paso, una luna licantrópica, un presentimiento, un antojo. Hasta ahora, no han conseguido descubrir esa falla en la seguridad que permite mis escapadas, y es que la paranoia que induce . . .