Aparcado en mitad de la noche frente a la ventana de mi cuarto y también frente a la ventana del cuarto de mi madre un interminable parpadear de luces de cigarrillos dentro de aquel coche siniestro me estaba anunciando desde que esa tarde en mi barrio se deshizo en oscuridad que la amenaza muda que recibí de Truman el Sordo . . .
A veces hay un motivo
Para escribir, para vivir
Escribo para acordarme de que estoy vivo (porque el día que consigo con esfuerzo rellenar algunas páginas que decido no arrojar a la papelera porque considero que tal vez merecen –ellas, no yo- el regalo de una breve cuarentena tras la cual las releeré quizá con otros ojos, y entonces tal vez decida . . .
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Purita
Otra víctima
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Venganzas
Hay quien vive para llevarlas a cabo.
Desde mi celda
Ignorante de lo que ha sido para la muerte
Nunca sé el motivo de mi inacción, mi desidia, mi censura. No quiero tal vez saberlo, por miedo quizá, por abulia, por timidez, por gastroenteritis, no sé, puede que por algo de todo ello. He perdido a un amor que nunca lo fue a pesar de que pudo haberlo sido, justo al encontrarla supe que ya la había . . .
¿Por qué siempre el vecino me toca los cojones?
Post de hace años publicado en otro blog
El asunto de las relaciones humanas siempre ha sido y sigue siendo motivo de estudio para pensadores sesudos empeñados en descifrar o al menos esclarecer las claves para el entendimiento entre las personas. Por citar alguno de entre los muchos que, a diferencia de aquellos, lo vieron claro bien pronto, refiero a Jesús de Nazaret . . .
Una librería
Cualquiera que venda libros
Ramiro entró en la librería porque tenía frío. A menudo los grandes sucesos tienen un origen curioso. Pero Ramiro no pensaba en algo tan trascendente, por supuesto, sólo quería resguardarse del húmedo frío de febrero. Escogió un libro al azar, lo abrió y leyó el . . .
Un unicornio azul
O transparente
Me gustaría ser completamente sincero, contar nuestra historia desde mi punto de vista con la tranquilidad que da la honestidad que surge de asumir tu parte de culpabilidad y no la memoria precisa de unos hechos siempre tergiversables. Un amor como el que he sentido por ti es tan esencial que en cualquier vida que se tenga por tal, que . . .